Desde hace tiempo se viene detectando en Asturias la presencia de jóvenes extuteladxs en situación de
vulnerabilidad que no han pasado por programas de preparación para la vida independiente, o bien que tras salir de ellos no han sido capaces de mantener por sus propios medios una vida autónoma y
normalizada. Dichos jóvenes suelen presentar perfiles variados y necesidades sociales muy diversas, fundamentalmente, falta de medios económicos, acceso a la vivienda y escasos o nuelos apoyos
sociales y familiares, lo que les lleva a optar por recursos para personas sin hogar a una edad demasiado temprana.
La implementación se vertebra en torno a tres grandes líneas de
actuación:
- Alojamiento
- Acompañamiento social y asesoramiento
- Apoyo puntual
Porque todos necesitamos un camino... el nuestro se basa en:
- Protagonismo: Los
y las jóvenes deben sentirse en todo momento actores de su propio proceso.
- Resiliencia: Aprovechar y potenciar las habilidades y capacidades que todas la personas tienen para afrontar la adversidad.
- Empoderamiento: Que los y las jovenes asuman el control de su propia vida para que tomen decisiones que les permitan cambiar y llegar a estar donde quieren estar.
- Individualización: Cada caso es valorado en sus circunstancias concretas teniendo en cuenta la singularidad del joven y su situación.
- Integralidad: Se
busca una relación permanente entre las distintas areas de intervención (trabajo, vivienda, salud, ocio...) para una progresion conjunta.
- Coordinación con otros recursos: Evitar duplicidades y establecer vias de colaboración y complementariedad con programas
públicos y privados.
El perfil habitual suele ser el siguiente
- Presentan problemas en el dominio de sus relaciones sociales e interpersonales, sobre todo con otros
jóvenes.
- Poseen un bajo nivel de autoestima, así como poca capacidad de canalizar sus emociones y una motivación
escasa con pocas expectativas de cara a su futuro individual.
- Presentan importantes déficits a nivel de aprendizaje, tanto formal como informal.
- No tienen adquiridos muchos de los hábitos laborales básicos (constancia, puntualidad, aceptación de la
autoridad…) y no cuentan con una formación profesional y/o ocupacional amplia.
- Llegado el momento de hacer una vida independiente, la problemática familiar puede ejercer una influencia
negativa.
- Suelen presentar problemas relacionados con la afectividad.
- Escasa rutina formativa y laboral. Dificultad para mantener constancia en la búsqueda activa de empleo, así
como en la realización de curos de formación o en el trabajo.